viernes, 2 de julio de 2010

Tarde de verano a los diez años.

Comer gazpacho y pescado al horno, mientras se ve el telediario, y de postre una tajada de sandia, fresquita, fresquita y más grande que mi cara, da igual por donde empieces a morder, es inevitable acabar con la cara, el pecho y los antebrazos llenos de chorreones, menos mal que no llevo camiseta... y las pepitas, que incordio, ¡parece que todas me tocan a mi! El melón es mucho mejor, las lleva todas en el centro, las quitas y ya está... ¡huy! Ya me estoy comiendo la cascara...
Al quiosquillo a por un helado, corriendo, para que no me coja la flama. La flama es como el hombre del saco, pero de verano y de día. Hacia casa con el botín, corriendo otra vez ¡Que viene la flama! Que rico mi polo...
- ¡Mira que te he dicho que no te lo cogieras de nieve!
A ver que echan en la tele... bah, la vuelta ciclista, ya podrían poner mas canales... me voy a echar un rato en la cama, a ver si puedo dormir la siesta... Uf, que calor hace en este cuarto, pero es un calor fresquito, porque si estuviera fuera... nada más que hay que escuchar a las chicharras para ver el calor que estaría pasando... que a ver si veo alguna mañana con mi abuelo en el monte, que saltamontes muchos, pero chicharras nunca hemos cogido ninguna, vamos, es que ni siquiera hemos llegado a ver una... como cuando vamos ya no cae tanta flama... a lo mejor es que no son bichos: son la voz de la flama... la voz de la flama... la voz de...
- ¡Venga! Levantate ya a por el pan ¡floja! Que como nos quedemos sin pan te vas a enterar... Si es que esta niña nació cansada...
Ummm... ¿Pan? ¿Son las cinco? Pues para mi que serían las doce de la noche por lo menos, con todo lo que he dormido...
- ¡Que ya voooooy!
Jo, cuanta cola... ya podría haber pan todo el día y no tener que ir comprarlo a la hora que ellos quieran...
- Hola, me da dos molletas y un perrito, ¿algo más? Si, un cuarto de choped de lata. Ahora ya no corro, total ya me ha pillado la flama... para mandarme a por el pan no importa la flama, ahora para bajarme a la calle...
Que sed que tengo, se me pega la boca, voy a por un vaso de agua...
- ¿De que quieres el bocadillo? ¿Que de que quieres el bocadillo?
- ¡Ahhh!, de “fuagras” de la lata azul... otro vaso...
- Bebe más despacio que te va a dar algo, mírala... ¡Que te estás echando todo el agua encima! ¡Ya estás fregando lo que has echado ahí!
-Esperate, que ahora me duele el ojo...
-¡Si es que te lo estoy diciendo! Que no bebas de la nevera tan de golpe... Venga, vístete que nos vamos, y cógete una rebequita que luego refresca.

2 comentarios:

  1. Pues sí, buena descripción de otros veranos pasados. Y un clásico en las meriendas de esas épocas: El colacao o nesquik de turno. Fundamental.

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  2. Eh, Sandrita, qué descubrimiento... se te da bien esto de contar trocitos de vida, si es que...la que vale, vale

    Besotes comadrita!!

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